9 claves para un gato feliz y saludable
Estas 9 claves para un gato más feliz y saludable pretenden mejorar su día a día y también a largo plazo. Están pensados para dar ideas a catlovers que siempre buscan nuevas maneras de mejorar el bienestar y convivencia con sus pequeños bigotudos. ¡Ojalá os sirvan!
1. Darle su espacio vital y jugar
El espacio vital para un gato no es el lugar donde se encuentra, con esta expresión nos referimos a disponer de una serie de recursos en el hogar para encontrarse a gusto y poder satisfacer sus necesidades de gato. Hablamos de poder tomar el sol, aunque sea a través de la ventana, poder descansar en un lugar tranquilo, darle alicientes para que su vida no sea gris y, por ejemplo, poder rascar en rascadores idóneos para él, porque no todos valen. Y por supuesto, hablamos también de estar en un entorno seguro, con puertas y ventanas protegidas de posibles caídas.
Pero sobre todo de que los recursos esenciales estén a su alcance como las cajas de arena, los rascadores, la comida, el agua, la atención humana, los juguetes, los lugares de descanso y los refugios o escondites. Si hay más de un gato, no debería haber competencia por esos recursos y es nuestra responsabilidad que así sea, la paz de la casa está en juego.
Al igual que las caricias o un cepillado regular si al gato le gusta, jugar es fundamental. Pero no todos los gatos juegan igual, ni a todas las edades. Obviamente, los más jóvenes son más juguetones y tienen más energía que liberar. El juego no solo combate el tedio diario de un hogar, también les ayuda a liberar esa energía y a estrechar vínculos con nosotros. Pero no todos los gatos.
El juego en solitario, entre ellos y con humanos es importante para mantener al gato activo y saludable y combatir el aburrimiento. Las posibilidades son muchas pero hay que trabajar en ello un mínimo. Podemos ir probando hasta que encuentre su juguete favorito, no tienen por qué ser objetos o juguetes comprados, pero sí seguros. Por ejemplo, cuidado con partes que pueda tragar o con pinturas o revestimientos tóxicos al lamerlos.
Los gatos son curiosos y las casas son lugares que ya se saben, sin alicientes, por lo tanto, hemos de aguzar el ingenio para cambiar eso. Echa un vistazo a esta sencilla idea para acabar con el aburrimiento de los gatos en las casas. Sumémosle las rutinas de juego con el gato, incluso a iniciativa suya como ocurre a menudo con los gatos que juegan a las búsquedas de objetos con sus dueños. ¡Sí, como los perros, entérate de todo aquí!. Se trata, en fin, de que el gato esté activo durante el tiempo en el que no dormita, tengamos en cuenta que dormir de 12 a 14 horas o algo más es lo normal.
2. Socializarlo, pasito a pasito
Un gato asustadizo que se esconde cuando hay visita y luego le cuesta volver a la normalidad no acaba de estar socializado. Otros además guardan distancia incluso con las personas con las que conviven. Ni hablar de caricias y no solo se estresan con extraños, también en la interacción diaria cotidiana en un apartamento o casas. Y por supuesto, en gatos asustadizos las visitas al veterinario son un drama, -muchos se estresan y ponen agresivos-, y también si pretendemos aplicarles tratamientos, en caso de necesitarlos.
Mejorar aunque sea un poco la tolerancia a los cambios y a situaciones nuevas es importante, aunque cada gato tiene su personalidad de base que debemos respetar. Tampoco todos los casos son iguales, y hay gatos que, por ejemplo, han vivido traumas difíciles de superar.
¿Qué hacer para mejorar? En casos complicados, ponernos en manos de un etólogo puede hacer una gran diferencia. En general, es importante ir muy poco a poco, una exposición gradual y refuerzos positivos, siempre sin estresar al gato ni hacerle sentir mal.
Someter a un gato a estrés, exponerlo a situaciones que lo hagan sentir incómodo y con miedo o nervios puede perjudicar su salud. Por eso es tan importante avanzar poco a poco y saber dar marcha atrás o parar si el gato no nos sigue en el proceso, ahí está la línea roja.
Para reducir el estrés un gato ha de estar tranquilo día a día, el desequilibrio cotidiano es lo que debemos cambiar. Si hay varios gatos, llevarse bien les puede ayudar a lograr ese equilibrio, y al contrario, las peleas constantes enrarecen el ambiente y los gatos están nerviosos, ver el epígrafe sobre velar por la paz, más abajo.
Preparando las salidas, es importante enseñarlo a entrar en la jaula por sí mismo o aceptar las caricias o el cepillado de personas que no conoce o al menos su presencia sin esconderse o salir corriendo. En estos casos, algunos premios nos pueden ayudar a avanzar, pero siempre dentro de una dieta balanceada aconsejada por profesionales.
En cuestión de salud, prevenir siempre es mucho mejor que curar. Por eso son tan importantes los chequeos y la prevención. Con más motivo, si cabe, en el caso de los gatos, maestros en disimular el dolor y un mal estado de salud en general para no demostrar vulnerabilidad.
Los chequeos veterinarios periódicos nos ayudarán a cuidar su salud, pero es clave que el gato se deje manipular, es decir que no sea un caos llevarlo al veterinario. Si no es dócil ni está socializado este tipo de prevención es complicada de realizar, hay casos en los que requieren que los duerman para poder examinarlo o hacerle pruebas y muchos dueños prefieren no llevarlos al veterinario para evitarles traumas psicológicos. Si quieres leer más sobre cómo calmar a un gato para ir al veterinario, te sugerimos este post de Gatos en casa.
Socializarlo no es humanizarlo en exceso, no lo olvidemos. Hay una gran diferencia entre un gato manipulable por su dueño en un entorno amigable que no ha perdido el instinto y maneras de ser de gato y los mininos domesticados hasta convertirlos en animales tristes que han dejado de ser gatos, realmente.
3. Observa qué le gusta
No poder hacer lo que les gusta es una de las razones por las que los gatos acaban aburriéndose y llevando una vida sedentaria. Por ejemplo, si tiene rascador hay que observar si lo usa y si le gusta o si prefiere rascar en superficies distintas o en diferente disposición, verticales, horizontales, etc. Es decir, no solo se trata de tener rascador, sino de que este sea el que necesita por estabilidad y complexión del gato, así como por sus preferencias. Y lo mismo al tomar el sol, pongamos por caso, quizás no puede tiene lugares de sol y sombra para ir variando la posición del cuerpo, podría ser por ejemplo, por la misma disposición del espacio en la casa, mobiliario, por luchas de territorio en las que él es sumiso, etc. O no haber encontrado su juguete favorito y creernos que no quiere jugar, insistiéndole en el juego de siempre sin obtener respuestas positivas.
Por lo tanto, más allá de que el gato tenga sus objetos y espacio o le insistamos en rascar, tomar el sol, el truco para que se encuentre a gusto en sus espacios vitales puede estar en observar qué le gusta y qué no le gusta y buscar alternativas si vemos que algo falla. Si observamos que no los está usando o si se muestra apático y desanimado, siempre que se hayan descartado antes posibles problemas de salud en el veterinario.
De la observación obtendremos información muy práctica para poder actuar de modo que el gato se muestre más activo. Fijémonos, por ejemplo, si prefiere el sol o la sombra para descansar, si es más de ponerse en lugares altos o, por ejemplo, si se suele refugiar en lugares más escondidos. Una vez veamos qué prefiere en este u otro tema, podemos facilitarle las cosas, así tendrá más alicientes para mostrarse más activo y en caso de gatos tímidos que necesitan socializarse más, se mostrará más confiado y cercano a nosotros, el primer paso para ir abandonando el tedio.
Algunas ideas: ponerle un rascador a su gusto o más adaptado a sus características (por ejemplo, un gato corpulento o con un estilo de rascado vigoroso necesita que sea grande o, al menos, estable), crearle un lugar acogedor debajo de una mesa auxiliar o crearle un lugar para que tome el sol con esas características concretas que lo conviertan en uno de sus lugares preferidos. ¿Y si intentamos buscarle un amigo de peluche? ¡Ese juguete favorito de tu gato quizás aún esté por descubrir, ayúdale!
¡Pero por favor, darles lo que les gusta siempre dentro de un orden! Miremos por la salud del gato. No se trata de darles snacks o chuches que acaben destrozando una dieta no balanceada. En general, la idea no es darle caprichos para tenerlo contento sino de cuidarlo, lo cual puede incluir darle algunos o mimarlo, pero con cabeza.
Es cierto que un gato bien alimentado, que disfruta a diario de una comida de alta calidad, casera o no, pero balanceada y en cantidades adecuadas es un gato más saludable, tranquilo y feliz. Pero también lo es que eso no significa darle solo lo que le gusta para animarlo. Así no vamos a acabar con su sedentarismo ni aburrimiento, al contrario, el gato entrará en un círculo vicioso de tedio y de enganche a unos alimentos que le gustan pero que no le beneficia. Las chuches, pocas o ninguna, según recomiende el veterinario.
El truco de observar lo que les gusta a los gatos no está relacionado con la alimentación, aunque hay que buscar equilibrar disfrute y comida saludable, intentando ser flexibles en lo posible, siempre bajo el consejo de un veterinario.
Estar un gato apático no es sinónimo de relax sino de aburrimiento y muchas veces también de obesidad o incluso de problemas de salud.
4. Unir comida, diversión y juegos
Un truco genial para que los gatos no se obsesionen con la comida y controlar el peso es convertir la comida en un momento de actividad y juego. Se trata de eliminar la comida siempre a su disposición y fomentar la bebida de agua mediante fuentes que muevan el agua. A la hora de comer, proporcionarles su ración de forma convencional en su plato o a través de un comedero automático que distribuya las raciones justas, pero aún mejor es que al menos alguna das veces utilizar juguetes que son dispensadores de croquetas.
Una manera de fomentar la actividad y su instinto de búsqueda es esconder la comida en un lugar diferente cada día o de vez en cuando para incentivarlos a encontrarla, así comerán menos y se divertirán más. Podemos tener varios sitios que ir rotando y añadir uno nuevo cada cierto tiempo para que el suspense no decaiga, pero tampoco se lo pongamos demasiado difícil.
Con el pienso es fácil hacer este truco porque si es comida húmeda y tardan en encontrarla podría no estar en buenas condiciones higiénico sanitarias. Para decidir qué es lo mejor, veamos cómo actúan y actuemos de forma razonable.
El tiempo de juego interactivo con el gato es importante, mejor sin entrenamientos ni darles premios de comida o chuches no aconsejados por el veterinario y éstos solo de forma simbólica. Los gatos juegan de forma natural a un sinfín de cosas solo hay que descubrir cuál es el juego o juegos que prefiere y jugar con él para darle cariño, pasarlo bien con él y que libere energía. Un truco si tienes varios gatos para que el juego sea mejor y les siente mejor es observar si disfrutan más dedicando tiempo individual para el juego a cada gato.
En general, unir diversión y comida de calidad, casera o comercial pero aconsejada por el veterinario, ayuda a mejorar la calidad de vida del gato, tanto a nivel de salud física como psíquica, la actividad potencia la salud emocional.
5. Velar por la paz
Recordemos que los gatos son animales territoriales. Es decir, necesitan su espacio y luchan por los recursos, que se reparten en función de sus fuerzas y carácter, los gatos tímidos suelen ser sumisos, por ejemplo. Tenerlo en cuenta ayuda a encontrar trucos que les ayuden en la convivencia de varios gatos o con perros.
Proporcionarle un entorno donde pueda estar tranquilo, dormir, comer sin sentirse amenazado o estresado y jugar o simplemente vivir es fundamental. En este aspecto, el dueño ha de realizar una labor diaria para que reine la paz y entre ellos se lleven bien y tener cuidado con los cambios, los gatos se desestabilizan con estos. Un truco para reducir peleas consiste en el refuerzo positivo, darles algo rico en situaciones que suelen derivar en peleas para mejorar la tolerancia a la presencia o cercanía de otros gatos.
Un buen truco en una casa con varios gatos es colocar varios espacios verticales y horizontales para rascar, para descansar, comer y hacer sus necesidades. Al poner múltiples cunas, rascadores, comederos, bebederos y cajas de arena (una más que el número de gatos) para que todos tengan su espacio sin discusiones más allá de determinar el territorio con sus maneras de gato pero minimizando este comportamiento proporcionando recursos para todos. La carencia y la incertidumbre estimulan la lucha, por eso varios bebederos o fuentes, varios comederos, comida suficiente, sin caer en excesos, lugar para tomar el sol sin tener que ocupar el sitio de otro.
También es importante tener camas y refugios distribuidas por toda la casa o por un espacio amplio de la misma para que los tímidos tengan tranquilidad y los dominantes ocupen espacios que les satisfagan.
Por ejemplo, los tímidos suelen estar a gusto en lugares poco transitados, incluyendo las alturas, por ejemplo sobre una estantería o cama en alto a modo de refugio, entre otras opciones. Siempre que no se rompa la armonía general y los gatos no sufran los pequeños enfrentamientos como traumas, la jerarquía felina que establecen los gatos dominantes y sumisos es normal y ellos la viven como normal. Cada uno acepta su lugar en ella y viven en una relativa paz que no les afecta negativamente, no más allá de la normalidad gatuna, podemos decir.
En definitiva, si nos aseguramos de que cada gato tiene su lugar y de que hay recursos para todos (incluyendo el tiempo de juego que les dedicamos de forma individual o con varios si se llevan bien), distribuidos u organizados de forma estratégica, probablemente logremos minimizar las luchas por el espacio y tendremos paz a largo plazo. Es decir, unos gatos equilibrados y más saludables.
Los problemas de salud, por último, pueden alterar la buena convivencia y haber más peleas. Estar atentos a esto es importante, sobre todo por el gato que puede estar enfermo y presentar pocos o ningún síntoma visible más allá de estas peleas.
6. Mantenlo en el interior
Recordemos que los gatos son curiosos por naturaleza y que un gato doméstico no es un gato libre, por lo que hacer la transición de afuera a adentro por su seguridad no es sencillo. Por lo general, un gato que ha vivido toda la vida en la calle debe seguir allí, salvo fuerza mayor por cuestiones de seguridad o de problemas de salud que no aconsejen seguir en ella. Muchos se deprimen, cuidado con creer que les hacemos un favor porque en ocasiones les fastidiamos la existencia.
En el caso de que sea un gato doméstico que tiene acceso al exterior, si no es de forma segura mejor que no salga. Podemos ayudarle a disfrutar del interior con alicientes de distinto tipo. Les gustarán los árboles rascadores de gran tamaño o bien fijos al techo o pared, sobre todo es esencial para gatos activos y de complexión grande para que sea estable y no lo rechacen o sea inseguro. También los lugares desde los que ver el exterior les pueden estimular, eso sí, siempre seguros, las puertas y ventanas de la casa han de estar protegidas.
Que tenga rascadores que respondan a su gusto por toda la casa, observemos su comportamiento, si prefiere rascar en horizontal, en vertical, por ejemplo, y dónde. Vayamos adaptándonos a sus gustos para proteger muebles y evitar marcajes menos agradables, como los de orina.
Para que reciban bien un rascador pulvericemos hierba gatera, que sea estable, grande o esté bien sujeto si hay varios y no pueden ser todos grandes. No les forcemos a rascarse poniéndoles las patitas y simulando el rascado. Forzar situaciones, por lo general, suele suponer el rechazo del gato.
Por cierto, rascarse es importante para su salud física y psicólogica, quitarles las uñas o ponerles unas fundas es cruel y supone una amputación que le acarreará problemas, léelo aquí si quieres más información.
7. Caja de arena
Es clave elegir una caja de arena grande y accesible, así como una arena que el gato no rechace y tampoco levante mucho polvo, por su salud y la de la familia. Hay gatos que se niegan a entrar en una caja cerrada, si no se acostumbra mejor cambiarla.
Si hay más de un gato, suele aconsejarse tener una caja de arena más que su número. Por higiene y por territorialidad. En general, las cajas de arena hay que cambiarlas a menudo y limpiarlas con productos que no huelan fuerte para que que no les disuadan de su uso o al menos enjuagarlas a conciencia hasta retirar esos olores. Los gatos son muy limpios y pueden rechazar su uso si está sucia o si el perfume les desagrada.
8. Ayúdalo a envejecer
Un truco para ayudar a un gato a envejecer es detectar cambios y ayudarle para enfrentarlos, por ejemplo, observar si ha perdido movilidad y facilitarle ésta velando por su seguridad sin que tenga que cambiar demasiado sus hábitos. Se trata de que no pierda las ganas de vivir pero sin arriesgar su salud.
Por ejemplo, la altura puede ser peligrosa , incluso subir o bajar de una cama, todo aquello que le pueda hacer perder el equilibrio, con riesgo de caídas o que le provoque dolor en sus articulaciones.
Los cambios se pueden producir a lo largo del tiempo de forma progresiva o de repente. Si se trata de señales que puedan suponer un problema de salud, acude al veterinario para prevenir o tratar posibles enfermedades. Sobre este tema, te sugerimos este práctico post de Gatrucos sobre cómo querer a un gato viejo.
9. Amor, amor, amor
El gato necesita nuestro amor, cuidados amorosos que lo hagan sentir cerca de nosotros sin robarle su personalidad. No hay nada peor para un gato que acabar siendo una especie de pequeño humano. Los gatos son gatos, más o menos domesticados pero gatos.
Más allá de estas 9 claves para un gato feliz y saludable, respetar su personalidad y darles cariño les ayudará a sentirse más felices y equilibrados, lo que redundará, de una u otra manera, en una mayor salud. Nuestro amor incondicional nos permitirá disfrutar del suyo. Tener el privilegio de que un gato nos quiera es un gran regalo de la vida, ese será nuestro premio.
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